Para nadie es un secreto lo difícil que se ha hecho para un torero venezolano alcanzar cotas altas en el duro mundo de la tauromaquia. Difícil debido a la cantidad de escollos que deben sortear para llegar a “meterse” en los carteles de las distintas ferias que se celebran en la geografía nacional.
Rubén Darío Estévez está consciente de ello y es por eso que desde que tomo la borla de matador de toros su norte ha sido el de convertirse en figura del toreo. Con incursiones en tierras ibéricas cada año, en donde hace campo en diversas dehesas ganaderas, ha conseguido poco a poco y a base de triunfos tarde a tarde, que sea tomado en cuenta por los empresarios taurinos.
Torero de gran valor, poseedor de una tauromaquia de estilo artístico. Sale cada a tarde a buscar a toda costa el triunfo, plantándoles la cara a los toros duros y explayándose en su toreo con los bureles potables. Esto lo pudimos comprobar en la pasada Feria de la Consolación en donde se alzó como triunfador absoluto, al cortarle una oreja a un complicado toro del hierro yaracuyano de Juan Campolargo.
Espera el torero carabobeño que su esfuerzo de frutos y sea tomado en cuenta a la hora de confeccionar los carteles de las venideras ferias de Maracaibo, Valencia, San Cristóbal y Mérida en donde seguro estamos no desentonara conociendo sus cualidades y ética taurina.
Rubén Darío (Foto. Franklin Pineda)
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